domingo, 30 de enero de 2011

TINIEBLAS


Monólogo teatral.
La luz opaca tiñe la puerta. Detrás está Aurora sujetando la fotografía, fuertemente, como el que lleva un gran peso.
Se abre el telón.

La muerte llegó en el peor de los momentos, cuando todavía seguía viva. Allí la vi aparecer, te lo dije y no me escuchaste. La vi con su característico andar, ente las sombras de una realidad que no existía.
Te dije que me cantaras esa canción por última vez. La voz se arrugó como un papel y se quebró en mi garganta. ¡Sabes!, me gustaría ser labio seco en cualquier boca muerta de palabras. Posiblemente te rías de escucharme, pero creo que no.
La muerte tiene sus ventajas, por ejemplo los árboles los veo mucho más grandes y más verdes. Ella me atrapó en el mejor de los sueños, te intenté avisar, pero no me escuchaste. ¡Tan egocentrista como siempre!.¡Maldita sea la muerte! Aquella tarde lo hablamos con los labios quebrados, ¿te acuerdas? No contestes por favor. A pesar de ello, seguías sin susurrarme esa canción. Cántala, cántala, y no mires a tu espalda.
Aquí estoy yo, la muerte ha dicho que te atrape.
¿Ves? ¿A qué desde aquí los árboles son más grandes y su verdor más intenso?


MARIA ESCRIBANO.
"De la obra teatral, La vida y sus mentiras"